sábado, septiembre 22, 2007
Ernesto Mallo: la literatura me salvó del suicidio.
En el encuentro de escritores de la "XX Semana Negra" de Gijón escuchamos el testimonio de Ernesto Mallo, explicando como llego a la literatura. Su primer libro "La Aguja en el Pajar" fue distinguido como Mejor novela policial 2006.
"En el año 2001 en la Argentina, que es un país muy particular, yo dirigía un periódico cuando el gobierno, en complicidad con los banqueros, le robó los ahorros a todos los Argentinos, salvo a los 'muy ricos', por supuesto. Mi periódico no aguanto la crisis y fue cerrado. En esos días también me enfrentaba a una grave enfermedad de mi hija mayor con todo lo que eso implica a nivel emocional y económico. Viéndome así hablo con mi ex-mujer, con quien tengo dos hijos y le digo:
- Mira no te voy a poder pasar plata porque estoy en la ruina, mi hija mayor -que no era hija de ella- esta muy enferma y lo poco que tengo lo aporto a esa causa y no tengo ahora capacidad para generar dinero.
y ella, que es de esas mujeres que no olvida fácilmente los agravios que le hice, me dice:
- bueno, bueno, procura resolverlo pronto.
Tras cartón, la que era mi mujer en esos momentos, me dice:
- Ernesto tu tienes muchos problemas, quiero que nos separemos.
Entonces yo me encuentro un día, en un departamento que bauticé como 'el sótano de Dostoyevski', sin dinero, sin trabajo y sin posibilidades de encontrarlo en una sociedad en bancarrota, con mi hija enfermísima, recién separado, solo, sin amor y con mucho tiempo libre. Me dije: 'este es el momento en que un hombre de ley se pega un tiro', pero a continuación pensé: 'tengo dos hijos pequeños y no me puedo matar porque les haría mucho daño a ellos', como todos sabemos el suicidio salpica. ¿Qué hago? Decido sentarme frente a la computadora y encadenarme a ella. Allí paso muchos días escribiendo una novela que hacia tiempo quería escribir. Tan solo me levanto a comer un sándwich, para ir al baño a limpiarme las lágrimas, sonarme los mocos y volver a escribir.
Cuando termino de escribir voy a ver a mi buena amiga Natu Poblet, quien es la mejor librera de Buenos Aires, una mujer que se lee 15 novelas por mes. Y le digo: 'Natu, he escrito esta cosa, que no se que es porque estoy medio loco, pero quiero que la leas'. Le entrego el manuscrito. Dos días mas tarde me llama y me dice:
- Ernesto, esto es lo mejor que he leído en los últimos diez años, ven para acá que tienes muchas cosas que corregir y arreglar.
Después de esto y gracias al apoyo de Natu decido presentarme al premio de novela Clarin-Alfaguara en el que me otorgan la primera mención. Al poco tiempo aparece un productor de cine español que me compra los derechos por una buena suma, que me da un año para averiguar quien soy.
Esta experiencia me ha demostrado claramente la utilidad de la literatura como absoluto y eficaz salvavidas, no solo para las personas sino también para la cultura, la sociedad y para los pueblos."
"En el año 2001 en la Argentina, que es un país muy particular, yo dirigía un periódico cuando el gobierno, en complicidad con los banqueros, le robó los ahorros a todos los Argentinos, salvo a los 'muy ricos', por supuesto. Mi periódico no aguanto la crisis y fue cerrado. En esos días también me enfrentaba a una grave enfermedad de mi hija mayor con todo lo que eso implica a nivel emocional y económico. Viéndome así hablo con mi ex-mujer, con quien tengo dos hijos y le digo:
- Mira no te voy a poder pasar plata porque estoy en la ruina, mi hija mayor -que no era hija de ella- esta muy enferma y lo poco que tengo lo aporto a esa causa y no tengo ahora capacidad para generar dinero.
y ella, que es de esas mujeres que no olvida fácilmente los agravios que le hice, me dice:
- bueno, bueno, procura resolverlo pronto.
Tras cartón, la que era mi mujer en esos momentos, me dice:
- Ernesto tu tienes muchos problemas, quiero que nos separemos.
Entonces yo me encuentro un día, en un departamento que bauticé como 'el sótano de Dostoyevski', sin dinero, sin trabajo y sin posibilidades de encontrarlo en una sociedad en bancarrota, con mi hija enfermísima, recién separado, solo, sin amor y con mucho tiempo libre. Me dije: 'este es el momento en que un hombre de ley se pega un tiro', pero a continuación pensé: 'tengo dos hijos pequeños y no me puedo matar porque les haría mucho daño a ellos', como todos sabemos el suicidio salpica. ¿Qué hago? Decido sentarme frente a la computadora y encadenarme a ella. Allí paso muchos días escribiendo una novela que hacia tiempo quería escribir. Tan solo me levanto a comer un sándwich, para ir al baño a limpiarme las lágrimas, sonarme los mocos y volver a escribir.
Cuando termino de escribir voy a ver a mi buena amiga Natu Poblet, quien es la mejor librera de Buenos Aires, una mujer que se lee 15 novelas por mes. Y le digo: 'Natu, he escrito esta cosa, que no se que es porque estoy medio loco, pero quiero que la leas'. Le entrego el manuscrito. Dos días mas tarde me llama y me dice:
- Ernesto, esto es lo mejor que he leído en los últimos diez años, ven para acá que tienes muchas cosas que corregir y arreglar.
Después de esto y gracias al apoyo de Natu decido presentarme al premio de novela Clarin-Alfaguara en el que me otorgan la primera mención. Al poco tiempo aparece un productor de cine español que me compra los derechos por una buena suma, que me da un año para averiguar quien soy.
Esta experiencia me ha demostrado claramente la utilidad de la literatura como absoluto y eficaz salvavidas, no solo para las personas sino también para la cultura, la sociedad y para los pueblos."
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