ENTREVISTA :ERNESTO MALLO
Por José Ramón Gómez Cabezas
Calificado por Miguel Cane, como un auténtico caballero argentino, este platense de nacimiento pero porteño de corazón, ha paseado con inigualable éxito sus dos últimas novelas policiales:“La aguja en el pajar” y “Delincuente argentino” por la recientemente concluida vigésimo segunda Semana Negra de Gijón, el festival literario mas aglutinador y espectacular de cuantos haya.
Ganador del premio Memorial Silverio Cañada (ex aecquo junto a Deudas pendientes de Antonio Jiménez Barca) a la mejor primera novela.
¿Se lo esperaba?
Haber vivido la experiencia de ese evento único que es Semana Negra ya era suficiente premio. Si debo ser sincero diría que sí, lo esperaba. De alguna manera se corría la voz y tuve varios indicios de que La Aguja en el Pajar era candidata muy firme al Silverio Cañada. Sin embargo, el día de los anuncios me temblaron las piernas. También fue una sorpresa haberlo compartido con la excelente Deudas Pendientes que acabo de leer, realmente una novela estupenda.
La aguja en el pajar" es una novela de poderosa narrativa con unos personajes muy potentes, enfrascados cada uno de ellos en lucha particular contra la esquizofrenia colectiva de aquellos duros días de la dictadura militar ¿El tiempo ha conseguido cicatrizar heridas o aún es pronto para olvidar injusticias?
Sobre los personajes, algunos luchan contra la locura imperante en la época y otros, como el Mayor Giribaldi, se adentran más en sus macabros recovecos.
Pienso que las heridas abiertas por la dictadura no cerrarán jamás. Si tenemos en cuenta que hubo 30 mil desaparecidos y que cada una de esas personas se relacionaba directamente al menos con otras veinte o treinta, padres, hijos, amigos, esposas, amantes, compañeros de trabajo, un simple cálculo aritmético dará sólo una leve impresión del daño causado a tantas gentes. Estas muertes ignominiosas, precedidas por sesiones de tortura, y seguidas con el ocultamiento de los cuerpos han quedado en la conciencia social como una llaga. Hubo infinidad de casos en los que se hacía desaparecer a personas con el sólo propósito de apropiarse de sus bienes.
Está también el tema de los padres que nunca olvidan la muerte de un hijo. Hechos aberrantes como la tortura de un chico de catorce años para forzar la confesión de su madre. Ese chico luego apareció flotando en el Río de la Plata: había muerto por empalamiento. ¿Cómo puede olvidarse eso? Y como si esto fuera poco está vigente el tema del robo de niños. Quedan aún 500 de esos niños, hoy hombres y mujeres, que no han recuperado su identidad. Eso tampoco se olvida. A más de medio siglo de la shoa, el mundo no olvida la barbarie nazi.
Detrás de los goles de Mario Alberto Kempes a Holanda en el mundial del 78 como bien dice, existía otra Argentina, ¿Era el género policial él mas adecuado para abordar toda esa locura que aun marca el inconsciente colectivo de una nación y que a Ernesto Mallo le afectó también personalmente?
Uno de los "chupaderos" más infames donde se torturó y asesinó a más de 4.000 personas fue la Escuela de Mecánica de la Armada, la Esma. Desde allí partían los "vuelos de la muerte". Los secuestrados eran anestesiados, cargados en aviones militares y arrojados vivos al mar. Ese lugar está ubicado a unas 20 cuadras del estadio de River Plate donde se jugó la final con Holanda. El mundial del 78 fue la manera que Videla y sus secuaces, en complicidad con la Fifa y la Asociación del Fútbol Argentino, de anestesiar al resto de la población respecto de las atrocidades que estaban cometiendo.
La metodología de hacer desaparecer los cadáveres revela claramente dos cosas: por un lado la absoluta ineptitud de los militares para la política y aún para la guerra y por otra parte la premeditación criminal de sus actos.
La táctica de hacer desaparecer el cuerpo del delito tenía el objetivo de ocultar los crímenes. Judicialmente, si no hay cuerpo del delito, es muy difícil que el crimen sea castigado por la justicia. Pero no hay manera de ocultar 30 mil cadáveres. Ni siquiera los nazis, que montaron una industria del exterminio, pudieron hacerlo. Los nostálgicos del autoritarismo pretenden que lo sucedido fue una guerra, a la que llaman "guerra sucia", como si hubiera guerras limpias. Pero esto no fue de ninguna manera una guerra ya que de un bando hubo 30 mil muertos y del otro no alcanzan a 40.
No hay duda entonces que estamos ante simples hechos del crimen organizado con la particularidad de que los criminales visten uniforme y son armados por el estado. Vale decir que son casos policiales y, en tal sentido, el género policial es sin duda el más adecuado para tratar el tema desde una perspectiva no propagandística ni panfletaria sino desde el punto de vista de los conflictos humanos.
¿Cómo se defiende de todos aquellos que de alguna forma han puesto en duda la credibilidad de un personaje como "El perro Lascano", uno de los protagonistas de su serie policial, un cana deprimido pero en el fondo ético, algo impensable en esta época para algunos escépticos?
Hubo muchos casos de personal de las fuerzas armadas y de la policía que fueron fusilados y aún torturados por sus propios compañeros por oponerse a la horripilante metodología de la dictadura. De eso se habla muy poco. Un país tiene las fuerzas armadas o la policía que puede tener. Esos uniformados no son marcianos que bajaron de un platillo volador. Han salido del mismo caldo de cultivo que todos sus contemporáneos. Decir que "todos" los policías fueron miserables asesinos y que no hubo un solo caso de excepción es de un maniqueísmo estúpido. De modo que creer que era imposible un cana de las características de Lascano en época de la dictadura, sería pensar muy mal de nosotros mismos. En general el personaje ha sido recibido por los elementos "progresistas" con muchas reservas, pero el propio Lascano se ha encargado de seducir a los lectores que en la mayor parte de los casos terminaron aceptándolo y hasta queriéndolo. De los lectores he recibido más reproches por la "muerte" de Lascano que por ninguna otra cosa.
Que nos puede decir de "la muerte de Lascano" y su segundo policial "Delincuente argentino" ¿Se veía obligado a completar el puzzle de alguna manera o más bien el problema de Conan Doyle con Sherlock Holmes se le vino de pronto a las manos?
Con La Aguja en el Pajar me sucedió lo mismo que a muchos lectores, me quedaron ganas de más. Cuando estaba escribiendo la novela la muerte de Lascano se me apareció como algo "natural", estaba en el orden de la historia que estaba contando, era algo orgánico a la narración. Sin embargo, de manera no premeditada, pues no sabía entonces que iba a haber una continuación, como decía de forma absolutamente inconsciente, cuando Lascano cae baleado por el Grupo de Tareas de Giribaldi, cuento que un policía le toma el pulso y hace un gesto de abatimiento, pero nadie dice que esté muerto. Eso me permitió "revivirlo" en "Delincuente Argentino", cosa que me reivindicó con muchos lectores que se habían encariñado con el Perro y no me perdonaban que lo hubiese matado.
Intuyo que nos esperan nuevas aventuras de Lascano, ¿existe por medio algún otro interesante proyecto
En este momento estoy haciendo un trabajo de investigación de la era Menem, cuyo gobierno es claramente una continuación de la política de la dictadura, fundamentalmente en el aspecto económico. Tengo la idea de que Lascano regresa de Brasil donde concluye Delincuente Argentino a una Argentina donde ya el gobierno no necesita matar a los ciudadanos para robarles el dinero.
Aún tengo que encontrar el crimen que pondrá al Perro tras la pista de los criminales en medio de la ilusión Menemista de Argentina primer mundo. Ya aparecerá, si de algo no andamos escasos es de crímenes.
Últimamente al menos en Europa nos hemos dado cuenta del potencial del cine argentino y más concretamente del cine de género policial ¿Veremos dentro de poco La aguja en el pajar o Delincuente Argentino formando parte de esa pléyade de magnificas películas que se han hecho en su país? ¿Qué nos puede comentar de este proyecto?
Para que una película llegue a buen término hacen falta tres milagros: Que alguien compre el guión, que la película se filme y que el público vaya a verla. Hasta ahora con La Aguja en el Pajar ha sucedido sólo el primer milagro. Los derechos fueron adquiridos por un productor español que vivió unos cuantos años en Argentina. Está procurando armar la co-producción y conseguir la financiación para realizarla, pero la tarea no le está resultando nada fácil. El cine es una industria muy compleja, llena de obstáculos y tropiezos y este proyecto no es la excepción. Mi deseo es que la película se haga ya que esta historia originalmente fue pensada como un guión cinematográfico, pero el proyecto parece estar empantanado desde hace un año. Es de esperar que, como Lascano, reviva en algún momento.
En dos libros de autores españoles muy actuales que recién terminé de leer, Pájaro en Mano de Juan Madrid y El Blues del detective inmortal de Andréu Martín se hace referencia de alguna forma a los años más dolorosos de aquella Argentina ¿Desde la distancia cómo ve la situación del género policial en Europa y desde la cercanía como lo ve en Hispanoamérica y concretamente en Argentina?
Tengo ambos libros en la pila de lecturas que me estoy debiendo. No estoy muy seguro de contar con los conocimientos suficientes sobre el género policial en Europa para emitir una opinión categórica, pero podemos plantearnos algunos interrogantes. La narración policial cuyo origen es ampliamente reconocido en Edgar Allan Poe, pasa a Inglaterra donde se establece como género en salones de la alta sociedad con criminales inteligentes y sofisticados. La retoman los norteamericanos que la "ensucian" devolviéndola a la calle y haciendo alegorías a la corrupción de los gobiernos y policías locales. El género es muy transitado por distintos autores a tal punto que comienzan a reiterarse los tics y los recursos. De allí es retomado por escritores latinoamericanos quienes la ensucian un poco más utilizándola como alegoría o excusa para tratar problemas sociales y políticos, hecho que le inyecta sangre nueva al género y produce obras memorables. Y de allí, de vuelta a Europa con nuevos bríos. Lo poco que he leído me da la impresión de que las narraciones están concentradas en la anécdota policial exclusivamente sin aportar nuevos elementos que cuestionen de algún modo el estado de las cosas y las cosas del estado y también al propio género. Los latinoamericanos padecemos gobiernos y situaciones políticas y sociales muy irregulares, es decir gobiernos políticamente incorrectos, por mucho que se sufran estos gobiernos, a los escritores esta realidad nos brinda material criminal fresco mezclado con convulsiones sociales prácticamente a diario. Esto, creo, es una "ventaja" respecto de los escritores europeos que viven en gobiernos políticamente correctos, que pueden incurrir en alguna desprolijidad, pero que en definitiva son muy hábiles en exportar su propia corrupción a los países periféricos.
Probablemente la mejor literatura europea de género será la que se nutra de los conflictos y tensiones que producen las inmigraciones, sobre todo las ilegales.
Esto por supuesto es una apreciación provisoria pues, reitero, no tengo tanto conocimiento del género tal como lo viene tratando los autores europeos. Creo que siempre es necesario problematizar el género, ponerlo en crisis, desafiar sus límites, cuestionar sus leyes. Pues el arte se renueva y asume riesgos o no es arte.
Ernesto Mallo es autor además de varias obras de teatro y responsable de al menos un par de guiones cinematográficos. Ha sido traductor, director de arte y aún hoy mantiene una intensa actividad como redactor periodístico.
source: http://gangsterera.free.fr/entrev_ErnestoMallo.htm
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